
El la película «The Hundred Foot Journey» (2014) el director crea una escena en el que un chef indio, exitoso ubicando en London se llena de emoción y lágrimas cuando vuelve a sentir un platillo simple de su compañero también indio, el cuál está confeccionado con ingredientes de su tierra y de los cuales su madre fallecida utilizaba para cocinar cuando era pequeño. «Every bite takes you home» (cada bocado te lleva a casa), termina la conversación.
Seguramente si te pregunto, ¿con qué platillos o alimentos puedes conectar tus recuerdos y emociones?, tendrías algo que contar. Y es que la comida más allá de nutrirnos el cuerpo físicamente, también nos nutre el alma. Su olor, su sabor hasta cómo luce puede construir algún recuerdo impactante en tu vida.
A veces te preguntarás, ¿por qué no encuentro el mismo sabor a la comida como mi abuela o como mi papá la hacía, si estoy haciendo exactamente todo igual? Y es que falta el ingrediente más importante; el amor y el afecto que esa persona le ponía a esa acción y que quizás para otras personas no es tan prescindible pero tus sentidos pueden detectarlo y recibirlo a plenitud.
La memoria de la comida es más sensorial que otros recuerdos porque involucra los cinco sentidos Susan Whitbourne, profesora de psicología y ciencias del cerebro de la Universidad de Massachussets
Nuestros sentidos y el instinto de supervivencia no son los únicos elementos en juego en el que a la comida se refiere. La situación, es decir, en dónde te encuentras, con quién estás o el por qué de esa comida, aumentan las fuerzas de los nostálgicos recuerdos.
Entonces si realmente queremos sorprender o permanecer en los recuerdos de las personas que amamos, dejemos la comida ser uno de los protagonistas de nuestros momentos, atravesemos esos sentidos para permanecer en ellas por siempre.